miércoles, 21 de julio de 2010

Salúdame siempre...

Esta entrada es una declaración de guerra en toda regla; una declaración formal, como las de antes.

Me han estado dando la barrila y hostias hasta en el cielo de la boca por culpa de mi negatividad y estado de ánimo. Me han llamado a capítulo: que si tenía que cambiar, que si no podía estar así, que sonría aunque sea con la sonrisa del perro... que si cada vez me parezco más al Pato Lucas (por cierto, no ha habido ocasión para la foto pero...)

Bien, el públcico ha hablado y yo respeto la decisión de la mayoría... querían que volviese y es lo que voy a hacer; pero a partir de ahora vamos a jugar todos con las mismas reglas y los desafíos y las apuestas son para cumplirlas. Va a correr la sangre, no me voy a dejar nada en el tintero y creo que nos vamos a divertir (todos y mucho).

Desde aquí quiero agradecer intereses y desvelos que aún siendo innecesarios (he dicho más de una vez que no sonrío porque no me sale y no me cuido porque no se) siempre se agradecen. Aunque yo no sonría, hacer sonreir a los demás no se me da del todo mal; aunque sea a través de ese tipo de humor que ya he reseñado en otras ocasiones.

Quedan todavía muchas batallas para ganar la guerra... pero la primera, seguro que ya está ganada. A partir de ahora habrá que sacar lo mejor del repertorio y la verdad es que tengo bastante fondo de armario.

Como muestra un botón (gracias)

Junto al cadáver de un suicida se encontró una carta explicatoria diciendo: 'No se culpe a nadie de mi muerte.. Me quito la vida porque dos días más que viviese sería mucho martirio: Tuve la desgracia de casarme con una viuda. Esta tenía una hija. De haberlo sabido, nunca me hubiera casado con ella.
Mi padre, para mayor desgracia, era viudo y se enamoró y se casó con la hija de mi mujer. De manera que mi mujer era suegra de su suegro. Mi hijastra se convirtió en mi madrastra y mi padre al mismo tiempo ¡¡¡era mi yerno!!!
Al poco tiempo, mi madrastra trajo al mundo una niña que era mi hermana, y a la vez era nieta de mi mujer, de manera que yo era abuelo de mi hermana!
Después, mi mujer trajo al mundo un niño que, como era hermano de mi madrastra, era cuñado de mi padre, nieto de su hermana ¡¡¡y mi tío!!! Mi mujer era nuera de su hija, yo soy en cambio padrastro de mi madrastra, y mi padre y su mujer son mis hijastros, mi hijo es mi bisnieto y tío de su tía. Además, ¡¡¡yo soy mi propio abuelo!!!

Me he sentido muy identificado con el lío...

1 comentario:

  1. Lo sé, soy la culpable... me mandan demasiados correos pero este era bueno :P

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