domingo, 18 de julio de 2010

La muerte de un titán

De nuevo 18 de Julio y de nuevo las mismas tentaciones de siempre a liarme la manta a la cabeza. Supongo que todo lo que tengo que decir del asunto ya lo he repetido hasta la saciedad así que tampoco es cuestión de repetirse más de lo imprescindible (y la verdad sea dicha hoy ya me he repetido un numero sobrado de veces).

Semaos pues todo lo originales que resulte posible y hablemos de música... por motivos que huelga presentar de nuevo y buscando a alguien que musicase las ideas que me rondaban di tras bastante tiempo de abandono con Jose Alfredo Jiménez... Volver a escuchar a Jose Alfredo es como reencontrarse con un viejo amigo con el cual sabemos lo que nos vamos a encontrar: amores, desamores, alcoholes varios para celebrarlos o lamentarlos y una sensación permanente de canto a quien juega a perder (y conozco a alguien que sonreirá cuando lea esta frase).

Jose Alfredo es simple, poco original pero sobre todo auténtico. Aquello a lo que canta Jose Alfredo es algo básico, simple, duro, hermoso... es el motor de la vida. Murió Jose Alfredo como tenía que morir... cirrótico y arruinado por su vida absolutamente excesiva y disoluta. Al fin y al cabo hablamos del hijo de "Pedro el Herrero".

"Que se me acabe la vida frente a una copa de vino". Grande Jose Alfredo.

A ver si saben poner el mundo
A tus pies como yo lo hacía
a ver si saben decir las cosas
de amor que yo te decía.

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