domingo, 25 de abril de 2010

Grandola Vila Morena

Se cumplen hoy 36 años de la Revoluçao dos Cravos. El levantamiento que puso fin a la dictadura militar en Portugal, el fin del "Estado Novo" que llevaba más de cuarenta años de existencia.

Independientemente del contexto "idílico" de los claveles, el levantamiento puso fin a una dictadura que se caía por su propio peso: aislamiento internacional, degeneración del régimen, esfuerzos cada vez mayores para intentar mantener las colonias africanas (Angola, Mozambique, Guinea Bissau, Cabo Verde y Santo Tome y Principe).

La situación posterior no fue ni mucho menos sencilla: gobiernos provisionales, amenazas constantes de golpes de estado; la inestabilidad social y política fue una constante durante aproximadamente 2 años. El país estuvo al borde de una confrontación interna hasta que finalmente se dio el poder a los partidos políticos y fueron apartados de sus funciones los militares revolucionarios (aquellos que se habían levantado contra la dictadura).

La comparación con el caso español es inevitable. En España todo fue un dejarse ir... Franco estaba tan incapacitado como lo estuvo Oliveira Salazar en el caso portugués; pero mientras en Portugal Oliveira fue relevado, en España todos sabemos lo que sucedió.

En Portugal las acciones tuvieron consecuencias y sobre ellas se trabajó para buscar soluciones y cerrar definitivamente el episodio pasado. En España el inmovilismo llevó a tener que improvisar una "Transición" que lo único que consiguió fue dejar un cúmulo de frentes abiertos que a día de hoy siguen estando de completa actualidad. Las heridas siguen abiertas porque no se afrontaron las cuestiones en su momento. Para poder pasar página hay que dejar resueltos aquellos problemas que puedan causar divisiones y resquemores.

Lo que no es de recibo es que a día de hoy se pueda ver en un canal de televisión (Intereconomía) una encuesta de opinión sobre si ¿Habría que juzgar a Santiago Carrillo por crímenes de guerra?

Insisto en que este tipo de cuestiones tienen que ser analizadas de forma mucho más responsable y sigo pensando que tiene muy poco que ver el proceso para abrir las fosas comunes en las que hay enterrados muchos miles de españoles con pensar que se buscan culpables o responsables de esos asesinatos.

Es verdad que la "derecha" siempre necesita un enemigo al cual tener que derrotar para justificar su existencia pero de ahí a reaccionar tal y como lo están haciendo dista un abismo. Eso si es crear un ambiente de tensión absolutamente innecesario.

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