Supongo que es el dolor el responsable de que me encuentre de peor humor que normalmente y también me motiva a echar algunos sapos por la boca... no consuela pero al menos me sirve para relajarme un rato.
Si hay algo que he detestado toda mi vida es a la gente cobarde, mezquina y ruín. A mi me han enseñado que cuando crees en algo firmemente tienes que defenderlo de forma abierta, clara y ateniéndote a las consecuencias. Quizás sea el motivo por el cual me he metido en "contiendas" que sabía de antemano perdidas. No deja de tener su gracia porque una de las cosas que más me había molestado desde siempre había sido perder.
Aprendí a convivir con las derrotas a base de entenderlas como algo relativo o circunstancial; asimilé que la victoria y la derrota no son las dos caras de la misma moneda sino que son la misma cara; supongo que habrá sido una fórmula de autoprotección... desde el momento en que consigues justificar una derrota esta pasa a ser intrínsecamente menos molesta. No me molesta perder ante alguien superior (en cualquier disciplina) lo reconoces, lo aplaudes y encantado de haber encontrado a alguien que te supera.
Lo que siempre me molestó es lo contrario, la gente que hace las cosas de forma miserable y traicionera. Contra eso si que no puedo... me llevan los demonios y tengo que hacer serios esfuerzos para intentar contener mis reacciones y que no asome lo que de verdad me sugieren
Esta vez tengo excusa... es el dolor el que escribe estas líneas. Estos pensamientos siempre me recuerdan la misma canción: "Más duro que nunca" de Ñu (mi sincero homenaje a Jose Carlos Molina Nieto por llamarle a las cosas por su nombre).
Pd: Gracias por el interés, no me cabían dudas.
Espero que cuando escriba estas líneas estés algo mejor de tus dolores. Pero es cierto, al menos tú haces las cosas de cara y a lo vivo, puedo dar fe. Aún así, no se quiénes son esos cobardes que te hacen malgastar tinta, espero que no te causen dolor (del que no se cura)
ResponderEliminar