miércoles, 23 de junio de 2010

Hasta que el cuerpo aguante

En anteriores entradas hacía una pequeña reseña a mis últimos viajes... como he dicho en otras ocasiones me gusta conocer cualquier lugar; entre ellos los más cercanos y accesibles y que en muchos casos son los grandes desconocidos.

En la ruta orensana del pasado sábado, volví a Allariz (tres años después) aRibadavia (4 años después de la conquista a sangre del castillo de los Sarmiento) y dediqué un rato a conocer dos monasterios que no había visitado en Melón y en Xunqueira de Ambía.

El tema de los monasterios es un reto personal... mi objetivo es visitar todos los que hay en Galicia. Cada vez quedan menos en la lista de visitas pendientes... hay algunos muy señalados en ella: Samos, Caaveiro, Oia, pero poco a poco ire saldando las deudas.... (aunque respecto a Caaveiro es una cuestion de honor el no volver).

Bien es cierto que cada vez me cuesta más hacer los viajes en solitario ya que en muchos casos me producen sensación de vacío. Cuando uno tiene carácter melancólico, tendencias depresivas y familiaridad con la soledad y la tristeza... viajar a lugares recogidos y que transmiten sensación de paz es por un lado natural y por otro bastante contraproducente. En ese sentido los gustos también evolucionan y he encontrado el lugar de referencia en la Ribeira Sacra orensana.... Santra Cristina de Ribas de Sil y sobre todo San Pedro de Rocas. Pero tambien en lugares como Montederramo o Xunqueira de Espadañedo.

En todos estos viajes idas y venidas he conseguido una lista con mis pueblos o villas favoritos por provincias, en A Coruña: Betanzos de los Caballeros como no, en Lugo: Monforte de Lemos, en Ourense: Ribadavia y en Pontevedra:Tuy.

La lista podría ser mucho más amplia pero eso ya queda para otro día.

El domingo, saldé dos deudas pendientes más: Santa María a Nova (que nunca había conseguido verla por dentro) y que sirve para demostrar lo poco que valoramos el patrimonio más accesible y rentable. Y por último el Castro de Baroña... que ya me disculparán que uno no sea demasiado castreño (detalle irrelevante) pero teniendo San Cibrán de Las... a ver si nos dejamos de coñas y de mitos fundacionales.

Si se me permite una modesta recomendación, la provincia de Orense es la gran desconocida y está llena de auténticas maravillas. Cada vez lo tengo más claro.

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