Ideario

La "psique" humana tiene algunos recursos realmente curiosos para intentar mitigar el temor irracional que provoca el paso del tiempo. La tendencia a mitificar el pasado, la tan manida frase de "cualquier tiempo pasado fue mejor" no deja de ser un simple recurso para abstraernos de la realidad diaria.

El mecanismo de autoprotección se activa procediendo a eliminar o a desterrar aquellos recuerdos negativos frente a los recuerdos más agradables. Como decía anteriormente una simple cuestión de supervivencia. Tenemos un subconsciente que sabe de lo finita de nuestra existencia de ahí la búsqueda del "carpe diem".

Hay una tendencia demasiado extendida que lleva a "analizar" la vida, a intentar entenderla... es un error de bulto; no es un ensayo, es el "directo". No hay vuelta atrás, no hay rectificación posible; en un momento empieza y en otro momento se termina, lo que hay entre esos dos momentos es lo que nos tiene que ocupar.

Ni hay fórmulas magistrales, ni hay verdades absolutas... cada cual puede encontrarse a gusto actuando de la forma que le parezca más conveniente; lo que no tiene sentido es el arrepentimiento a "toro pasado". Los "contrafactuales" no son elementos válidos para la existencia.

La clave está en la interacción y en la adaptación a los hechos y circunstancias que nos rodean en cada momento y ahí tienen cabida desde las posturas más "epicúreas" hasta las más "estoicas".

Vienen estas reflexiones al caso porque estos días he tenido muy presentes a personas que me han guiado con su ejemplo y su magisterio y gracias a las cuales (y a mi propia colaboración e interés) he llegado a encontrar cierto equilibrio vital. He tenido (y sigo conservando aunque por suerte en menor medida) una tendencia muy marcada a intentar racionalizar y buscar explicación a muchas situaciones que no alcanzaba a comprender. He gastado de forma absurda mucho tiempo en "analizar" y no en "vivir". Esa parte no tiene solución, pero al menos me ha servido para tener claro lo que quiero y la forma en la que lo quiero.