martes, 30 de noviembre de 2010

Frío

Pues va a ser que si, que los otoños son otoños y los inviernos son inviernos y que parece que eso nos choca a estas alturas; oiga, que en Galicia cae agua de las nubes como si fuera gratis y que es una sensación bastante desagradable convivir con una humedad en torno al 90 por cien en muchos casos de forma constante... pues si, que quieren que les diga.

Que en Castilla y León, Asturias, Cantabria, Pais Vasco, Navarra o Madrid hace un frío del carajo, que nieva, hiela y se quedan tiesos hasta los pajaritos (bueno los pajaritos no es un buen ejemplo porque el campo de fútbol del Numancia se llama así y ahí no inventarían el frío pero lo perfeccionaron de puta madre) ¿que quieren que le hagamos a estas alturas?

El aburguesamiento ha llegado a tales extremos que ya nos parece mal que la climatología sea la propia de la época estacional en la que nos encontramos. Es evidente que no es lo mismo estar a las 9 de la noche con su luz solar, sus veintitantos grados y su terracita en verano que a las 6 de la tarde sea una noche más oscura que los cojones de un grillo (discúlpenme la expresión que no es mal sonante sino coloquial -lo de popular lo dejaremos fuera por las connotaciones políticas-) con un frío que no deja ni pensar y con los biorritmos a la altura de un sótano.

Pero en eso consiste saber adaptarse y disfrutar de todo lo que venga, aunque parezca difícil hacerlo. Y tranquilos que diciembre aun comienza en unos minutos...

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