miércoles, 22 de diciembre de 2010

Historias.

Así como quien no quiere la cosa nos hemos pulido otro año más y parece que cuando menos nos ha quedado entretenido (que es lo mínimo que se puede pedir y lo máximo a lo que podemos aspirar).

En todo caso y como siempre ha sidoun período lleno de experiencias enriquecedoras y aprovechables. Nunca formulo buenos deseos ni hago propósios de enmienda para el año que comienza. El tiempo es algo abstracto y lineal, las periodizaciones son obra humana.

Resultan apasionantes las discusiones de los historiadores para tratar de ponerse de acuerdo sobre las fechas o los acontecimientos que marcan el cambio o el paso de una edad a otra, las denominaciones de los períodos etcétera.

Estas reflexiones tienen como leit motive el haber vivido un congreso de historiadores recientemente y escuchar muchas de las ideas que allí se expusieron. Resulta agradable volver a escuchar hablar de temas que han marcado de forma directa el devenir vital y la formación académica de quien esto escribe.

Pero también es cierto que es en ese mismo punto en el cual se esconde la motivación para haber abandonado la práctica de la disciplina.

Si algo tiene que ser la Historia como disciplina es cercana y util a la sociedad; la historia tiene que servir como argumentario para poder explicar muchos de los motivos que han llevado a la situación que estamos viviendo.

La historia no aporta demasiado tal y como ha sido propuesta durante mucho tiempo: no sirve de nada aprender nombres, fechas y cifras si no son aplicables a la realidad que nos toca vivir. El diálogo entre historiadores es un elemnto primordial, pero resulta mucho más importante dialogar con la sociedad y conseguir transmitir conocimientos útiles y aplicables.

Hala, ya he vuelto a abrir la caja de los truenos...

2 comentarios:

  1. Qué bien, cómo nos dejas a los historiadores... Pero que sepas que sólo será desde dentro de la propia profesión desde donde se podrán cambiar las cosas. Pero te lo digo por experiencia: no todos somos así.

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  2. A los historiadores los dejo bastante bien parados; podría ser bastante más contundente en las opiniones que me sugieren. Pero es verdad que en sus/vuestras manos está reconducir la disciplina y devolverle el lugar que realmente merece en el ámbito social y académico.

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