lunes, 29 de marzo de 2010

El superhombre

Hay ocasiones en las que las personas perdemos el norte, nos creemos importantes, nos creemos el centro del mundo y pensamos que nuestros actos son verdaderamente relevantes. Estamos asediados por una cultura del éxito y de la autoafirmacion del todo absurda. No somos ni tan importantes ni tan transcendentes como muchas veces llegamos a creernos, nos tomamos a nosotros mismos demasiado en serio y dejamos que nuestra psique (nuestro componente racional) se vea rodeado de un oropel que provoca una evitable confusión.

El mundo no se para porque usted o yo tengamos un mal día, no deja de ser algo absolutamente insignificante... no somos protagonistas del "efecto mariposa". Hay una inabarcable cantidad de circunstancias que marcan nuestro acto más insignificante. Nos obcecamos (o nos han obcecado) en sentirnos el centro del universo y eso no es ni mucho menos asi.

Sufrimos y tenemos malestares por absolutas estupideces, nos tomamos cualquier mínimo detalle demasiado en serio. Nuestra debilidad emocional es absolutamente pasmosa, no estamos capacitados para asumir el más mínimo contratiempo. Vivimos en un permanente estado de tensión que lo único que consigue es mellar nuestra resistencia y nuestra salud. Y eso nos lleva a estar cada vez peor. Se nos olvida (en demasiadas ocasiones) que solo tenemos un objetivo: vivir; revelaré una creencia propia: para cada uno de nosotros no hay nada antes de la vida y no hay nada después de la muerte... En cualquier momento, por cualquier cúmulo de circunstancias ajenas o no a nosotros, todo se puede terminar o cambiar de forma radical y el mundo seguirá sin que pase absolutamente nada.

Lo que quiero decir es que tenemos que desmontar nuestras propias mentiras y volver a lo más básico, eso implica tener una amplitud de miras que en muchos casos es de lo que adolecemos. Hay muchas cosas que por mucho que nos preocupemos, por muchas explicaciones que les busquemos... no está a nuestro alcance modificarlas, con lo cual deberíamos tener claro que estamos perdiendo un tiempo y unas energías preciosas en algo que se escapa de nuestras posibilidades.

Mi conclusión: "no te tomes la vida demasiado en serio... no vas a salir vivo de ella".

Disfrutemos y dejémonos de tonterías.

No hay comentarios:

Publicar un comentario