Hay multitud de temas que me han interesado a lo largo del tiempo: la política, la religión, los deportes, la música, la literatura, la filosofía, la historia... y muchos temas más; quizás sea en esa variedad de intereses donde más se refleja mi inconstancia, soy un disoluto... me interesa cualquier tema y me centro en él hasta que se me pasa el entusiasmo y entonces tengo que cambiar de objetivo porque me aburro.
Viene al caso utilizarme como ejemplo con el fin de contrastar mis "excesivos intereses" con la falta de ellos que veo en muchas personas. Siempre me ha interesado saber, me ha interesado conocer cosas nuevas. A cualquier tema le encontraba algo que llamase mi atención.
A día de hoy, sigo manteniendo esa afición por saber, desde un punto de vista completamente diferente; nada me parece demasiado relevante, todo me parece relativo. Ojeo en internet como mínimo 5 periódicos a diario por curiosidad, por estar al tanto de las cosas que suceden a mi alrededor... aunque realmente no me preocupen demasiado.
No se trata de indiferencia, se trata más bien de una cuestión de abstracción mental. He conseguido llegar al punto en el que considero cualquier cuestión que esté fuera de mi radio de acción como relativamente intranscendente para mi. No se trata de una fórmula que asegure ningún beneficio, pero desde luego desde que he conseguido llegar a este estado mi nivel de estrés se ha reducido considerablemente; he aprendido a valorar los pequeños detalles, cualquier cuestión que en otro momento hubiese considerado nimia a día de hoy me merece cuando menos un momento de atención.
Es una suerte de estado Zen (la definición no es mía, para eso tendría que saber que significa exactamente el estado Zen en cuestión). Lo único que puedo decir a ese respecto es que no se si solo sirve para mi o haya alguien más a quien le pueda ayudar.
Por ese motivo lo traigo a este espacio, a modo de ejemplo... si alguien puede extraer algo que le resulte de alguna utilidad: que lo disfrute.
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